viernes, 27 de julio de 2018

La ternura de Dios con nosotros (Salmo 103)

Buscando materia para estas semanas de verano quiero proponer a mis lectores un ejercicio fácil y entretenido que puede ayudarnos en este camino que nos propone la "escuela de la ternura", llegar a conseguir para nuestras vidas, en palabras del Papa Francisco, una 'revolución de la ternura'. 

El ejercicio que propongo consta de dos partes, la primera la lectura de un salmo, hoy la lectura del Salmo 103, el tema, "La ternura de Dios conmigo". Concluida la lectura me tomo un tiempo para la meditación, y repaso, a la luz de lo que me dice el Salmo, los dones recibidos de Dios en las diferentes etapas de mi vida, las expresiones de ternura de Dios con mi persona.
Y para hacerlo entretenido, me doy una puntuación en el cuadro que adjunto más abajo (Por ejemplo, de 0 a 3 poco, de 4 a 6 escaso, de 7 a 10 mucho).

¿Parece de niños, no? Yo lo voy a intentar en esta semana; en algún momento os contaré cómo me fue. Pongamos manos a la obra: aquí tenéis el texto del Salmo 103:


„Bendice a Yahveh, alma mía, del fondo de mi ser, su santo nombre,
bendice a Yahveh, alma mía, no olvides sus muchos beneficios.
El, que todas tus culpas perdona, que cura todas tus dolencias,
rescata tu vida de la fosa, te corona de amor y de ternura,
satura de bienes tu existencia, mientras tu juventud se renueva como el águila.
Yahveh, el que hace obras de justicia, y otorga el derecho a todos los oprimidos,
manifestó sus caminos a Moisés, a los hijos de Israel sus hazañas.
Clemente y compasivo es Yahveh, tardo a la cólera y lleno de amor;
no se querella eternamente ni para siempre guarda su rencor;
no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas.
Como se alzan los cielos por encima de la tierra, así de grande es su amor para quienes le temen;
tan lejos como está el oriente del ocaso aleja él de nosotros nuestras rebeldías.
Cual la ternura de un padre para con sus hijos, así de tierno es Yahveh para quienes le temen;
que él sabe de qué estamos plasmados, se acuerda de que somos polvo.
¡El hombre! Como la hierba son sus días, como la flor del campo, así florece;
pasa por él un soplo, y ya no existe, ni el lugar donde estuvo vuelve a conocerle.
Mas el amor de Yahveh desde siempre hasta siempre para los que le temen, y su justicia para los hijos de sus hijos,
para aquellos que guardan su alianza, y se acuerdan de cumplir sus mandatos.
Yahveh en los cielos asentó su trono, y su soberanía en todo señorea.
Bendecid a Yahveh, ángeles suyos, héroes potentes, ejecutores de sus órdenes, en cuanto oís la voz de su palabra.
Bendecid a Yahveh, todas sus huestes, servidores suyos, ejecutores de su voluntad.
Bendecid a Yahveh, todas sus obras, en todos los lugares de su imperio. ¡Bendice a Yahveh, alma mía!“ 

Cuadro de evaluación personal:

  


Infancia
Adolescencia
Juventud
Adulto

Ternura






Compañía






Fe






Esperanza






Ánimo






Alegría






Creatividad






Justicia






Paz






Sabiduría







  

(Idea: Giuliana Martirani en "La civiltà della tenerezza")

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