Uno de mis lectores me ha pedido traiga al Blog el texto completo del mensaje que el Papa Francisco dirigió al TED de Vancouver en abril del año 2017. A continuación sus palabras:
"El tercer y
último mensaje que me gustaría compartir hoy se refiere precisamente a la
revolución: la revolución de la ternura. ¿Qué es la ternura? Es el amor que
se hace cercano y concreto. Es un movimiento que procede del corazón y
llega a los ojos, a los oídos, a las manos. La ternura es usar los ojos para
ver al otro, usar los oídos para escuchar al otro, para oír el grito de
los pequeños, de los pobres, de los que temen el futuro; escuchar también el
grito silencioso de nuestra casa común, la tierra contaminada y enferma. La
ternura consiste en utilizar las manos y el corazón para acariciar al otro.
Para cuidarlo.
La ternura es
el lenguaje de los más pequeños, del que necesita al otro: un niño siente
afecto y conoce a su padre y a su madre por las caricias, por la mirada,
por la voz, por la ternura. Me gusta escuchar cuando el padre o la madre hablan
a su niño pequeño, cuando ellos también se vuelven hijos, hablando como
habla él, el pequeño. Esta es la ternura, abajarse al nivel del otro.
También Dios se abajó en Jesús para ponerse a nuestro nivel. Este es el camino
seguido por el Buen Samaritano. Este es el camino seguido por Jesús, que se
abajó, que atravesó toda la vida del ser humano con el lenguaje concreto
del amor.
Sí, la ternura
es el camino que han recorrido los hombres y las mujeres más valientes y
fuertes. La ternura no es debilidad, es fortaleza. Es el camino de la
solidaridad, el camino de la humildad. Permitidme decirlo claramente: cuanto
más poderoso eres, cuanto más repercuten tus acciones en la gente, más estás
llamado a ser humilde. Porque, de lo contrario, el poder te arruina y tu
arruinarás a los demás. En Argentina se decía que el poder es como la ginebra
bebida con el estómago vacío: hace que te dé vueltas la cabeza, te emborrachas,
pierdes el equilibrio y te lleva a hacerte daño o a hacérselo a los otros, si
no lo juntas con la humildad y la ternura. Con la humildad y el amor concreto,
en cambio, el poder – el más alto, el más fuerte – se convierte en
servicio y difunde el bien.
El futuro de la
humanidad no está solamente en manos de los políticos, de los grandes
líderes, de las grandes empresas. Sí, su responsabilidad es enorme. Pero
el futuro está, sobre todo, en manos de las personas que reconocen al otro
como un “tú” y a ellos mismos como parte de un “nosotros”.
Nos necesitamos
unos a otros. Y por eso, por favor, acordáos también de mí con ternura,
para que lleve a cabo la tarea que me ha sido confiada para el bien de los
otros, de todos, de todos vosotros, de todos nosotros. Gracias."
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