Quiero recoger hoy algunos pensamientos de la
presentación que hace Bruno Forte del libro de Giuliana Martirani „La civiltà
della tenerezza“ – Nuovi stili di vita per il terzo millennio“ (Ed. Paoline,
Milano) que cité hace algunas semanas en este Blog. Nos amplía el horizonte de
nuestra comprensión sobre la ternura. Son pequeñas frases a modo de sugerencias
para la meditación personal (apropiadas quizás para las próximas semanas de
vacaciones !?).
* Cuando ames no digas: „Tengo a Dios en el corazón“; di más bien: „Estoy en el corazón de
Dios“. Este sería el mensaje más profundo de la esencia de la ternura,
saberse en el corazón de Dios. Abrirnos a la acogida del don que recibimos,
adentrándonos en la escuela del Dios Trinitario.
En esta escuela descubrimos que es divino
también el recibir, y que divino no es sólo amar sino también dejarse amar. Así
fue y es también para el Hijo, el Amado, el que es eterna acogida del amor del
Padre desde toda la eternidad, y que en la historia se hace „existencia libremente
escogida“ para recibir en obediencia todas las cosas de Aquel que lo ha enviado
y que le llevará también a la muerte por nosotros.
* Ternura
es por tanto ese dejarse amar; ternura es decir gracias por la vida, y
agradecer es una fuente de alegría porque en este caso es el reconocimiento
humilde de que soy amado.
* La
ternura hacia uno mismo es reconocernos a nosotros
mismos como un regalo de Dios, regalo que hemos recibido libremente de Él, y
actuar en consecuencia como alguien que, habiendo recibido gratuitamente,
quiere dar libremente y de forma gratuita. La ternura hacia los demás se abre al advenimiento del OTRO - de Dios - en los rostros humildes que visitan nuestras soledades y las conducen a ese éxodo sin retorno de sí mismas que es el amor de caridad.
* La ternura hacia la creación es reconocer en todo el don recibido que debe ser respetado y promovido, restaurando en alabanza y servicio lo que cada criatura nos da como alimento, enriquecimiento y custodia de nuestro propio ser.
* La ternura hacia los pueblos es descubrirse como familia humana, que vive en la gran casa del mundo, llamada a compartir los recursos de la tierra de una manera justa y solidaria, corrigiendo la iniquidad de los sistemas de dependencia por los cuales los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.
Estos rostros diversos de la ternura se enraízan todos en la fe de que es la ternura de Dios la que sostiene a todos los seres vivos y a sus moradas: como en un seno materno el mundo vive en la intimidad del misterio divino: la Trinidad, santa madre de todo lo que existe, nos lleva en sí misma. Envueltos en este amor que el Hijo nos ha revelado con el hecho doloroso de dar su vida por nosotros y regalarnos el Espíritu del resucitado, experimentamos la ternura divina, que transfigura y hace posible incluso lo imposible en la audacia de la caridad.
Querido Paco : mil gracias por re-cordarnos palabras tan hermosas...Ahora que pronto empezaré un camino nuevo (ya te contaré), eso que citas sobre "saberse en el corazón de Dios" me da qué pensar ... como en tantas ocasiones en las que esa con-fianza nos ha impulsado y se ha reflejado en nuestros rostros, contagiando a otros del deseo de Dios ... y haciendo crecer así (con el permiso de Dante) "eso que mueve el Sol y las demás estrellas" ... y que empieza quizá por esa MIRADA DE TERNURA que nos regalas en este blog...
ResponderEliminarEn fin, me has hecho pensar también en lo que decía Edth Stein sobre lo que implica "saberse sostenida"... Me gustaría compartir un par de fragmentos de su obra "Ser finito y ser eterno" :
Yo ME SÉ SOSTENIDA y este sostén me da calma y seguridad... Ciertamente no es la confianza segura de sí misma del hombre que, con su propia fuerza, se mantiene de pie sobre un suelo firme, sino la seguridad suave y alegre del niño que reposa sobre un brazo fuerte, es decir, una seguridad que, vista objetivamente, no es menos razonable. En efecto, el niño que viviera constantemente en la angustia de que su madre le dejara caer, ¿sería razonable?...
-(...)-
La vida de Dios es amor : amor desbordante, sin límites y que se da libremente; AMOR QUE SE INCLINA MISERICORDIOSO hacia toda necesidad; amor que sana al enfermo y resucita lo que estaba muerto; amor que protege, defiende, alimenta, enseña y forma; amor que llora con los que lloran y se alegra con los que están alegres; dispuesto a SERVIR A TODOS PARA QUE LLEGUEN A SER LO QUE EL PADRE QUIERE ... en una palabra : el AMOR DEL CORAZÓN DIVINO +