viernes, 21 de septiembre de 2018

El Papa Francisco a los "congresistas de la ternura"


Durante el fin de semana pasado, del 14 al 16 de septiembre, se ha celebrado en Asís/Italia un congreso organizado por la „Casa della Tenerezza“ (Casa de la ternura), centro familiar de la ciudad de Perugia en Italia y cuyo fundador y director es el teólogo Carlo Rocchetta, cuyos textos e ideas cito a menudo en este Blog.

El congreso, apoyado y con el patrocinio de diferentes personalidades y estamentos de la curia italiana, incluyendo su Conferencia Episcopal, ha tratado el tema „La teología de la ternura en el Papa Francisco“.

Como acto inicial del congreso, el Santo Padre recibió en audiencia a los congresistas y les dirigió unas palabras que me ayudarán a centrar nuestra reflexión de esta semana. Los que así lo prefieran pueden leer el texto completo de la alocución en „press.vatican.va“. El Papa Francisco, con su estilo familiar y cercano, comienza hablando del libro escrito por Rocchetta, que probablemente le habían regalado los promotores del congreso y cuyo contenido fue estudiado por el mismo Papa antes de esta cita. Es el mismo libro que tengo sobre mi mesa y que conocen mis lectores, ‚Teología de la ternura – Un „evangelio“ por duscubrir‘.

Después de la introducción, el Papa plantea a los congresistas tres ideas principales, una para los teólogos y las otras dos para ti y para mí, para los cristianos de a pie. En la primera sugiere y se alegra de que la teología actual salga de las estrecheces del pasado, en donde los conceptos y la praxis primaban, olvidándose a menudo del „sentir“ humano, de lo que sentimos. Refiriéndose al tema del congreso, la teología de la ternura, el Papa recuerda que la teología „está llamada a comunicar la concreción del Dios amor“ y  a acompañar la búsqueda existencial del hombre reflejada en lo que las personas advierten emocionalmente, „aportando la luz que proviene de la Palabra de Dios“. Y todo ello porque la ternura es un „existencial concreto“ con el que se derrama el amor de Dios en el mundo.
El Papa brinda después a los congresistas las otras dos ideas o contenidos importantes para sus reflexiones sobre la teología de la ternura, que también nos atañen a nosotros: „la belleza de sentirnos amados por Dios y la belleza de sentir que amamos en nombre de Dios“.

Sentirse amado por Dios. Aclara el Papa que la ternura es el „antídoto contra el miedo con respecto a Dios“ y recuerda al Padre misericordioso de Lucas 6, 36, en aquel mandato que todos conocemos de „Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso“. Asegura además que la ternura nos revela „el rostro materno de Dios, un Dios enamorado del hombre, que nos ama con un amor infinitamente más grande que el de una madre por su propio hijo“, refiriéndose a Isaías 49,15. Termina sus reflexiones al respecto recordando que la ternura enlaza con la Pasión de Cristo: „La Cruz es, de hecho, el sello de la ternura divina“, Pasión que nos „invita a transformar nuestro corazón de piedra en un corazón de carne, a apasionarnos por Dios. Y por el hombre, por amor de Dios.

Sentir que podemos amar. Es verdad, y lo experimentamos en nuestras propias vidas, que cuando nos sentimos amados, somos capaces de amar y lo hacemos con más facilidad. Es el camino para salir de nuestros egoísmos y del „egocentrismo que desfigura la libertad humana“, porque el amor es el significado y amar la tarea principal de nuestra vida.
Para los que frecuentamos la „escuela de la ternura“, el Santo Padre nos brinda en la alocución a los congresistas de Asís una ayuda para nuestro camino. Dice el Papa: „Si Dios es ternura infinita, también el hombre, creado a su imagen, es capaz de ternura. La ternura, entonces, lejos de reducirse al sentimentalismo, es el primer paso para superar el replegarse en uno mismo.“  Esta certeza nos ayudará a derramar en el mundo, empezando por nuestro entorno más cercano, el amor que hemos recibido de Dios, a „conjugarlo en el servicio y la entrega“.

Desde el otro lado de la casa me llama mi mujer. Parece que necesita mi ayuda. Su voz me recuerda que ha llegado el momento de pasar de la teoría y la reflexión a la práctica del saber amar, del servicio y de la entrega .... 


2 comentarios:

  1. Muchas gracias, Paco. Tus escritos sencillos y profundos me ayudana a crecer en el amor a Dios y a prácticar la ternura con los demás.

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  2. Gracias, Paco, tanta sabiduria.Impresiona la frase: La cruz es el sello del amor divino. Me encanta. Me hace reflexionar otra vez sobre la amplietud y grandeza del tema.La ternura son las infinitas acciones que provoca el amor

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