lunes, 23 de abril de 2018

Descubriendo la "buena nueva" de la ternura


Hace un año, por estas fechas, que el Papa Francisco en un mensaje grabado en el Vaticano para el congreso anual de las TED (Technology, Entertainment, Design - con sus „ideas dignas de difundir“) habló una vez más de la ternura – ese „movimiento que parte del corazón y llega a los ojos, a los oídos, a las manos“ -, invitando a los congresistas y demás participantes a emprender lo que él llamó y llama la „revolución de la ternura“. Ya lo había pedido en otras ocasiones a otros grupos de fieles y personas. Un año antes, el mismo Papa había escrito su Exhortación Apostólica „Amoris Laetitia“; en ella citó en más de veinte ocasiones a la ternura, ese amor que, según sus palabras, se hace cercano y concreto en nuestra vida y especialmente en la vida de los matrimonios y familias.

Siguiendo estas invitaciones nos propusimos tratar el tema en un grupo de matrimonios amigos al que mi esposa y yo asistimos regularmente. Tengo que confesar que no fue una de nuestras mejores reuniones. Nos costó desarrollar el asunto, y muchos de nosotros – sobre todo los hombres – nos vimos algo sorprendidos y sin argumentos que aportar. Tematizar la ternura no es nada fácil. Además, en éste como en otros ámbitos siempre cuesta hablar de las propias experiencias, especialmente de las que hacen referencia a la clausura de nuestro corazón ......

Al terminar la reunión me propuse reflexionar sobre el tema y buscar en mis recuerdos y „archivos“ algunas referencias al mismo. Empecé por darme cuenta que el sentimiento de ternura al que se refiere el Papa no tiene nada que ver con el sentimentalismo o zalamería, ni mucho menos con una concesión a la debilidad humana. Se trata, más bien, de considerar la ternura como una fuerza que brota del corazón que es capaz y sabe ofrecer y recibir amor. Algunos autores han dicho que la ternura es un tesoro de los creyentes, un tesoro de los amantes. ¡En este ámbito me encuentro en casa!

Y como es cierto que nos cuesta descubrir este tesoro, quiero recorrer con mis amigos y lectores algunas sendas que nos lleven a valorarlo en nosotros mismos y en los que nos rodean. Les invito a abrir y a inaugurar hoy conmigo una „escuela de ternura“ y a visitar regularmente sus aulas en este Blog con el ánimo de conocer y vivir esa „buena nueva“ de la ternura, a ser protagonistas de la „revolución“ citada.

No quisiera que a mis años – pronto me llamarán octogenario - se escape la ternura de mi vida, porque posiblemente se me estaría escapando la vivencia de esa TERNURA con mayúscula que es Dios, el Dios Padre, que se hace visible en el tierno amor que su Hijo nos regaló y regala a diario.

4 comentarios:

  1. Paco,

    Muchas gracias por este nuevo regalo. Ya echábamos de menos tu anterior blog. Estamos encantados de asistir a esta nueva “escuela de ternura”, que nos ayudará a todos a acercarnos un poquito más a Jesús.

    Un abrazo muy fuerte.
    David

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  2. Permíteme,Paco, que ingrese en esta escuela de la ternura. Creo que es una asignatura que, a mi edad, sigo teniendo pendiente; con mi mujer, con mis hijos, con mis amigos. Erróneamente, he creído, que podía estar reñida con mi condición de hombre.
    Es la única revolución que me parece que puede cambiar el mundo.
    Cuenta conmigo, no como uno de los alumnos más aplicados, sino como uno de los más rendidos.
    Un gran y tierno abrazo.
    Antonio Peña

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  3. Hola Paco,
    Te agradecemos la iniciativa y nos comprometemos a realizar más gestos de ternura empezando por nuestro cónyuge y con nuestros hijos.
    Te iremos compartiendo nuestras experiencias.
    Un abrazo para ambos
    Mónica y Rodolfo

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  4. Gracias, Paco,
    Es una alegría vivir de la fe en la infinta ternura que nos tiene el Padre Dios,y, claro, una alegría y esperanza pensando en nuestra limitacion humana respecto de nuestros hijos.

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